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Guía de Hawaii: Itinerario, alojamiento y restaurantes para 7 días en O’ahu

Guía de Hawaii: Itinerario, alojamiento y restaurantes para 7 días en O’ahu

Aloha! Hawaii es un archipiélago compuesto de 137 islas volcánicas en medio del Océano Pacífico y es, también, un estado de los Estados Unidos conocido como «Aloha State». A pesar de la gran cantidad de islas polinesias que componen Hawaii, solamente las ocho más grandes reciben nombre, ellas son: Ni’hau, Kaua’i, O’ahu, Moloka’i, Kaho’olawe, Maui y Hawai’i.

La isla más grande de todas es Hawai’i; sin embargo, el centro político, económico y cultural se encuentra en la isla de O’ahu, cuya capital Honolulu, es la ciudad más poblada de todos los archipiélagos. Así pues, nuestro viaje a Hawai’i fue únicamente un recorrido por la isla de O’ahu y decidimos dejar las otras islas para otra ocasión, sobre todo, nos quedamos con ganas de visitar Maui, la Isla Jardín.

En este viaje pudimos visitar desde la turística playa de Waikiki, pasando por las playas de la costa oeste famosa por sus paisajes de Jurassic Park y Lost; visitando las playas del norte y sus majestuosas olas, perfectas para los profesionales del surf; cruzamos la isla de norte a sur y visitamos la costa oeste para ver en primera persona cómo viven los habitantes nativos de esta isla.

O’ahu es una isla de lujo, todo es muy caro y es un lugar perfecto para turistas con mucho dinero. Sin embargo, vale la pena dar una vuelta a toda la isla y ver las diferencias sociales y cómo un lugar paradisíaco puede ser también el epicentro de una desigualdad social descomunal.

¿Preparad@s para nuestro itinerario alrededor de O’ahu?

Siete días en O’ahu, ¿qué hacer?

Día 1 – Llegada O’ahu y descanso en Waikiki

Nada más llegar a la isla fuimos a recoger nuestro coche de alquiler a una oficina de alquiler de coches cerca del aeropuerto llamada Thrifty. Ellos tienen un servicio gratuito de transporte desde el aeropuerto hasta la oficina y viceversa. Nosotros decidimos alquilar un Jeep de dos puertas que nos costó $373 para los siete días. Necesitábamos un coche fuerte y grande porque alquilamos una tabla de surf y teníamos que llevarla en todo momento con nosotros.

Jeep que alquilamos para recorrer O’ahu

En la isla hay transporte público, pero es mucho mejor tener un vehículo propio porque puedes parar en donde te dé la gana, cuando te dé la gana. Lo curioso del autobús de O’ahu es que en la parte delantera lleva una especie de enganche para bicicletas para que la gente las deje y ahí y no ocupe espacio dentro del autobús.

Después de recoger el coche, nos dirigimos a nuestro hotel, el Hilton Hawaiian Village. Este resort es uno de los más grandes en Waikiki Beach y es mundialmente conocido por su Rainbow Tower (Torre Arcoíris), un edificio de 87 metros de altura con un mural cerámico de arcoíris visible a 4 kilómetros de distancia que recibe a los miles de turistas que aterrizan en el aeropuerto de Honolulu.

Famosa Rainbow Tower en el Hilton Hawaiian Village

Otro dato curioso sobre este hotel es que el mismísimo Elvis Presley grabó en este resort su película Blue Hawaii en el año 1961. Aquí tenéis la historia del Hilton Hawaiian Village.

Nosotros no solemos quedarnos en resorts, pero después de dos vuelos y dos cambios horarios, lo único que nos apetecía era quedarnos en un sitio con todas la comodidades que uno espera de una isla paradisíaca. Toallas limpias y secas disponibles en todo momento, playa, piscina y buenos restaurantes. Esa tarde decidimos picotear unos nachos después de habernos bañado en la piscina del hotel e irnos a descansar cuando cayó el sol porque estábamos muy cansados.

Día 2 – Disfrutar de Waikiki y primer día de Surf

Al día siguiente, nos despertamos antes del amanecer porque nuestro cuerpo aún se estaba adaptando al nuevo horario. Así que decidimos coger el coche e irnos a desayunar a un restaurante local fuera del área turística de Waikiki.

Tortilla rellena de carne de cerdo, verduras y queso en Sweet E’s Café

El lugar elegido fue Sweet E’s Café. Allí compartimos una tortilla con cerdo al estilo Kalua, una forma local de cocinar al gorrino. Y de postre unos pancakes típicos americanos. También tomamos un zumo de piña y dos cafés. Todo esto nos salió por unos $33 con propina incluida.

A continuación, nos fuimos a alquilar una tabla de surf a una tienda llamada Diamond Head Surf. Allí pagamos $72 por el alquiler de la tabla de surf para los seis días restantes en la isla ($12 por día). Vale la pena alquilar la tabla de surf aquí porque es mucho más barato que en cualquier tienda de surf en Waikiki, ya que allí por una hora os pueden llegar a cobrar hasta $22.

Nada más llegar al hotel nos fuimos directos a la playa delante del resort con la tabla de surf a cuestas. Waikiki tiene una de las mejores olas para principiantes y es muy habitual ver a gente haciendo surf a cualquier hora del día. A la hora de comer opté por una bandeja de nigiris de salmón del supermercado del hotel y estaba muy rico.

Tened en cuenta que en Hawaii encontraréis a un montón de turistas japoneses, cosa que facilita enormemente encontrar buena comida del país nipón en cualquier rincón de O’ahu.

Graffiti en la entrada de Beer Lab Hawaii

Antes de ir a cenar, visitamos una cervecería artesanal llamada Beer Lab Hawaii. En este lugar, nos volvimos a mezclar con la gente local y dejamos a un lado la marabunta de turistas de Waikiki. En Beer Lab tienen cervezas con sabores un tanto extraños y peculiares, pero es un lugar muy tranquilo y perfecto para disfrutar de una cerveza artesanal hawaiana.

Cuando nos dimos cuenta ya eran las nueve y pico de la noche y el restaurante al que queríamos ir cerraba a las 21:30. Buscamos algún lugar alternativo, pero en Waikiki los restaurantes que no son cadenas cierran sobre las 22:00. Algunos pueden cerrar un poco más tarde, pero lo que nosotros vimos que estaba abierto se nos iba un poco de presupuesto. Así que al final, tomamos una pizza en una pizzería del resort.

Día 3 – Costa Este y Luau en el Centro Cultural Polinesio

El tercer día en O’ahu ya empezaba lo bueno. Por fin, íbamos a empezar la aventura y a dejar atrás el punto más turístico de la isla. Desayunamos unas frutas y unas galletas que compramos en el supermercado y pusimos rumbo al faro de Makapu’u.

Una de las múltiples playas que nos encontramos en la costa Este

Por el camino hicimos varias paradas en miradores que hay a lo largo de la carretera y también vimos desde la distancia el famoso Diamond Head. Todo el recorrido por la costa este es precioso porque tienes unas vistas impresionantes de las montañas verdes que contrastan con unas playas de arena blanca y aguas azules turquesa.

A la hora de comer hicimos una parada técnica en la ciudad de Kailua, una de las localidades más grandes en esta costa. Allí comimos en el Whole Foods, un supermercado ecológico con un buffet de comida para todos los gustos. Tú te montas tu cajita de comida, pagas al peso y punto. Hay agua gratis y mesas disponibles para que te puedas sentar y comer tranquilamente.

Playa familiar de Kalama en un día nublado

Después de comer, nos fuimos a la playa paradisíaca de Kalama en la bahía de Kailua. Allí nos sentamos a la sombra de un cocotero y disfrutamos de la arena fina blanca y de la maravillosa agua turquesa de esta playa repleta de familias y de gente local. Nada más poner mis pies en este lugar, se convirtió en mi playa favorita de todo O’ahu. ¿Por qué? No está masificada, el ambiente es muy tranquilo, la playa está muy limpia y puedes darte un largo paseo por la orilla.

En nuestra tercera noche en O’ahu, nos hospedamos en un apartamento en la localidad de Hauula en una casa llamada Modern Hawaii Beach House. La comunicación con los dueños de la casa fue maravillosa, nos enviaron todas las instrucciones para llegar a la casa, cómo acceder a la habitación y dónde aparcar sin ningún problema. El sitio estaba muy bien porque no era muy caro y teníamos mucha privacidad, pero la única pega es que en el techo de la habitación había alguna que otra telaraña colgando.

Estatua de Joseph Kekuku, el inventor de la guitarra de acero

Nosotros no dijimos nada porque tan solo íbamos a estar en la habitación unas cuantas horas ya que pasamos la mayor parte de la tarde y la noche en Centro Cultural Polinesio que está en la localidad vecina de Laie. Este lugar es un parque temático cuyo objetivo es mostrar la cultura polinesia que Hawai’i comparte con Tonga, Tahití, Fiji, Samoa y Aotearoa (Nueva Zelanda en maorí).

Espectáculo vespertino en el Centro Cultural Polinesio

Este centro cultural está dividido en seis áreas que se corresponden a cada una de las islas polinesias mencionadas anteriormente. En cada zona se muestra cómo son las casas tradicionales en estos archipiélagos y algunas de sus tradiciones, como por ejemplo: bailar el tradicional baile hawaiano hula, probar comida tradicional de tahití o ver cómo los hombres son los encargados de cocinar en la isla de Samoa.

El plato que me monté en el luau del Centro Cultural Polinesio

Además de la entrada al parque también podéis disfrutar de una maravillosa cena hawaiana o luau con un espectáculo de baile y música hawaianas en directo. El buffet estaba repleto de platos típicos de Hawaii, aunque bajo mi punto de vista, le faltaba un poco de sabor a la comida. El baile y el espectáculo que acompaña al luau es muy emotivo porque narra la historia de la última reina de este archipiélago, Liliʻuokalani.

Para rematar el día, el Centro Cultural Polinesio ofrece una musical nocturno, Ha Breath of Life, en el que se cuenta la historia de un niño y cómo pasa por todas las fases de su vida en las diferentes islas polinesias y cómo en cada lugar existen unas tradiciones únicas que marcan cada momento de la vida desde el nacimiento hasta la muerte.

Final del espectáculo nocturno, Ha Breath of Life

Hay muchos paquetes disponibles, unos más caros y otros más baratos. Nosotros elegimos el Ali’i Luau Package que son $123 por persona. Muy barato no es, pero estuvimos barajando varias opciones de luau y este nos pareció el más completo porque incluía también la entrada al parque polinesio y el espectáculo post-cena.

Día 4 – Rumbo a la costa Norte

Empezamos el día volviendo a Kailua, la ciudad más grande de la costa este de O’ahu. Desayunamos en Cinnamon’s porque habíamos visto buenos comentarios en Internet, pero a nosotros no nos gustó nada y como tal, no se lo recomendamos a nadie. Antes recomendaría Egghead Café o Kalapawai Café & Deli que tienen muy buena pinta en los que además tenían una pequeña cola para sentarse en una de sus mesas.

Señalización advirtiendo de los peligros y prohibiciones en la Banzai Pipeline

Tras el pequeño desencanto con el desayuno, pusimos rumbo a la famosísima costa norte. La meca del surf mundial se encuentra en el Banzai Pipeline y no es de extrañar porque las olas en ese lugar son enormes. Aún se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo el tamaño de las olas y la fuerza que el mar puede llegar a tener y lo frágiles que somos las personas ante la naturaleza. Había algunos intrépidos surferos que entraban con sus tablas y que llevaban un casco en la cabeza para protegerse de posibles golpes contra el fondo del mar en caso de caída.

Surfistas compitiendo en la Volcom Pipe Pro

Nosotros tuvimos el honor de poder presenciar la competición de surf Volcom Pipe Pro que se celebra una vez al año en la costa norte de O’ahu. Este evento reúne a más de 144 surferos profesionales de todo el mundo. El ambiente que se respira durante esos días en la Banzai Pipeline son festivos y nosotros para no ser menos no dudamos en sentarnos en la arena y ver cómo los profesionales del surf hacen malabares acuáticos.

Pastel frito brasileño relleno de carne

Para hacer más llevadera la competición decidimos comprarnos dos pasteles fritos rellenos de carne en un food truck regentado por brasileños que también ofrece platos más sanos y saludables, como por ejemplo: boles de açaí. Este fruto proveniente del Amazonas es el alimento perfecto para después de una actividad deportiva, como el surf, ya que es una fuente vegetal de proteínas y además tiene un montón de antioxidantes y vitaminas necesarias para recuperarse después de hacer deporte.

Una vez terminada la competición pusimos rumbo a Haleiwa, la ciudad más poblada en la costa norte. Allí nos íbamos a hospedar en un jardín de una casa particular con 4 tiendas de campaña llamado Surf Camp. Sinceramente, ésta fue la estancia que más nos gustó de todo nuestro viaje. La tienda de campaña olía genial, estaba súper limpia, teníamos toallas para la ducha, antimosquitos y un ventilador. Las zonas comunes constaban de una ducha, un baño y una especie de zona aporchada con una cocina, una mesa y una nevera.

Nos alojamos en una tienda de campaña en Haleiwa

La costa norte fue mi lugar favorito en O’ahu con mucha gente joven, food trucks con comida fresca todos los días, cafeterías que ofrecen café local, galerías de arte que potencian el trabajo de artistas locales y, por supuesto, tiendas de ropa con diseños exclusivos. Haleiwa es una ciudad hippie con gente joven de todo el mundo que busca un modo de vida sostenible y saludable.

Algunos de los food trucks que te puedes encontrar en Haleiwa

Aquí no hay vida nocturna con un montón de discotecas y gente borracha por las calles. A las 10 de la noche, la mayoría de los restaurantes ya están cerrados. La mayoría de gente en Haleiwa está esperando al amanecer para cargar sus tablas de surf en el coche y empezar el día ejercitándose en el mar.

Udon con langostinos y pollo frito que tomamos en Haleiwa Nº7

Nuestra cena fue en Haleiwa Nº7, un food truck de comida japonesa que ofrece pokes con pescado fresco (el poke es un bol de arroz, con pescado crudo, frutas y verduras típico de Hawaai), sushi, udon o tonkatsu, entre otros típicos platos japoneses. El servicio es un poco lento porque hacen toda la comida en el momento y, además, reciben muchos pedidos para llevar, así que se les acumula mucha cantidad de comandas, pero recomiendo Haleiwa Nº7 a todo el mundo que tenga pensado pasar por la costa norte de O’ahu.

Día 5 – Plantaciones de piña y costa Oeste

El día amaneció lluvioso en Haleiwa, pero eso no nos quitó las ganas de disfrutar de un saludable bol de açaí en Crispy Grindz Açaí Bowls con extra de granola. El lugar a esas horas de la mañana estaba frecuentado por brasileños que iban a tomarse su dosis de proteína natural antes de irse a trabajar.

Cafetera en Coffee Gallery

Pero un desayuno no está completo sin un buen café, así que para rematar nuestro desayuno y antes de conducir hacia el sur de la isla, paramos en la Coffee Gallery. Una cafetería/tienda que vende café local y que además ofrece opciones muy saludables para comer y desayunar. El lugar estaba lleno a primera hora de la mañana de gente local que necesitaba su dosis de cafeína matutina.

Entrada a la macro tienda de souvenirs de Dole

Mientras conducimos por la Kamehameha Highway, nos llama la atención un lugar repleto de coches y autobuses turísticos. Paramos para ver qué es ese lugar y nos damos cuenta que la famosa marca de piñas DOLE tiene su sede en O’ahu. El edificio principal es una megatienda para los amantes de las piñas con un montón de dulces y recuerdos en forma de piña. También vimos que ofrecen un tour por la plantación de piñas, pero nosotros decidimos invertir ese dinero en otra cosa porque tampoco es que nos encante esta fruta tanto como para un tour.

Una vez llegamos al sur de la isla nos dirigimos hacía la costa oeste. Allí el ambiente era muy diferente del resto de lugares que habíamos visitado en la isla. La costa Oeste es donde viven la mayoría de gente nativa y, tristemente, la gente con un nivel adquisitivo más bajo. Aquí no hay tiendas de ropa lujosas ni tiendas de diseño. Los restaurantes, por lo general, no son sofisticados y hay muchas cadenas de comida rápida, apenas visibles en las zonas turísticas de O’ahu.

Plato de arroz con repollo y cerdo que me tomé en L&L Drive-Inn

Para comer fuimos a un restaurante de barbacoa hawaiana llamado L&L Drive-Inn y la comida era una mezcla de comida local con oriental. Yo elegí un plato de arroz con cerdo y repollo hervido por equivocación y aunque le faltaba un poco de sabor, me lo comí.

En la costa Oeste apenas hay hoteles, así que la opción de alojamiento más barata es quedarse en casa de la gente local. En nuestro caso, decidimos alojarnos en un Airbnb que se encontraba en la ciudad de Waianae. Compartimos la casa de dos habitaciones con el dueño, un chico joven estadounidense, que fue muy respetuoso con nuestra intimidad. La habitación estaba bien, pero el baño estaba un poco sucio. Se notaba que no le había puesto mucho cariño en nuestra estancia.

Playa de Makaha en la costa Oeste de O’ahu

A diferencia de la costa norte, aquí nos aventuramos a surfear en las playas de Makaha y de Keawula. Mi playa favorita del oeste fue la de Makaha porque parecía un paraíso con palmeras muy altas y muy poco masificada.

Lo bueno de esta zona es que ves cómo se relaciona la gente local, especialmente durante el fin de semana, en los parques o en playas para comer todos los amigos o la familia juntos. Ellos sí que saben organizar luau o fiestas hawaianas de verdad.

Para cenar, fuimos a un Mc Donald’s porque nos pareció la opción más económica y, por qué no, nos apetecía comer una hamburguesa. Cuando salimos de restaurante en la calle principal, se podían ver a algunos vagabundos y a chicas prostituyéndose para conseguir algo de comer. No era peligroso porque había también mucha gente local en la calle, pero me pareció curioso ver este tipo de situación en una isla paradisíaca. Una visión que si te quedas únicamente en Waikiki no vas a tener y es una pena porque es una triste realidad que no puede ser obviada.

Día 6 – Surf, vuelta a Waikiki y Superbowl

Nos levantamos pronto por la mañana para surfear de nuevo en la playa de Keawuala en noroeste de la isla. Después de pegarnos una ducha y limpiar la tabla para devolverla a la tienda, volvemos al Airbnb para recoger nuestras cosas y ponemos rumbo a Waikiki.

Metiéndose en el mar para el último día de surf en Hawaii

Nuestra última noche la queríamos pasar en un hotel en Waikiki para disfrutar del último día en O’ahu. Nuestra última estancia fue en el Shoreline Hotel Waikiki, un colorido hotel en el corazón de la zona más turística de la isla. Nada más aterrizar en el hotel, nos enfundamos en nuestra ropa de playa y nos fuimos a Waikiki. La playa estaba a reventar porque no hay mucho espacio para tal concentración de hoteles y de turistas que acuden a diario para tomar el sol y bañarse en esta concurrida playa.

Después de bañarnos en el mar, decidimos tomar una cerveza artesanal en Maui Brewing Co. que estaba abarrotado de estadounidenses viendo la final de Superbowl de fútbol americano. A pesar de vivir en Estados Unidos, a nosotros no nos gusta este deporte, pero nos apetecía una cerveza y era una buena ocasión para ver a los apasionados de este deporte disfrutando de su gran día.

Comida – merienda en Kona Coffee Purveyors

Para quitarnos el olor a salitre volvimos al hotel y después de una ducha rápida salimos a merendar a una de las mejores cafeterías en las que he estado, Kona Coffee Purveyors. El café que ofrecen es local y la comida tiene una calidad impresionante, yo comí un quiche de verduras que aún me quita el sueño.

Después de disfrutar de un maravilloso café, fuimos a dar una vuelta por la zona comercial y fuimos a ver el atardecer a Waikiki. Aprovechamos estos últimos momentos para caminar antes del vuelo que teníamos que coger al día siguiente y de descansar en el hotel estirados en la cama porque cuando se viaja en avión no se está del todo cómodo.

Bol de tonkatsu con arroz, huevo, ensalada de repollo, sopa de miso y una cata de sake

Para cenar decidimos ir a Tonkatsu Ginza Bairin. Mi recomendación es que reservéis con antelación porque nosotros tuvimos que esperar más de una hora para cenar, pero valió muchísimo la pena. La comida y la calidad del tonkatsu era igual que la que comí en Japón y eso me hizo súper feliz. Para cenar la última velada en O’ahu nos tomamos un helado en Häagen-Dazs.

Día 7 – Pearl Harbor y Mahalo O’ahu

El último día en O’ahu empezó con un desayuno en Kona Coffee Purveyors porque no nos podíamos ir de Hawaii sin un buen café. Después, volvimos al hotel, hicimos el check out del hotel, cogimos el coche y nos dirigimos al mayor centro comercial de Honolulu llamado Ala Moana.

Entrada de Kona Coffee Purveyors

Allí hay muchísimas tiendas y restaurantes para todos los bolsillos y para todos los gustos. Nosotros no compramos nada porque ya teníamos montadas nuestras mochilas y ya habíamos comprado algunas cosas, pero había tiendas muy chulas. Para comer fuimos a una pizzería llamada California Pizza Kitchen.

Por la tarde fuimos a visitar la joya de la corona, ni más ni menos que al histórico Pearl Harbor. La base militar americana que fue atacada por Japón el 7 de Diciembre de 1941. Estuvimos mirando y remirando cómo conseguir entradas para acceder al USS Arizona Memorial, pero todas las opciones nos parecían muy caras y no entendíamos muy bien que estaba incluido y qué no en el precio de las entradas.

Al final, nosotros adquirimos nuestras entradas a través de Recreation.gov con 24 horas de antelación. Es muy importante que te acuerdes a tiempo porque el USS Arizona Memorial solamente admite la visita de 1.300 personas al día y los primeros que llegan, son los primeros en conseguir entradas. El precio es de $1 por persona y los billetes para el Memorial te los imprimen los trabajadores oficiales del recinto de Pearl Harbor.

Mapa explicativo de la expansión del Imperio Japonés en el Pacífico y sus ataques militares

La visita a Pearl Harbor empieza con la visita al Museo abierto a todo el público en el que te ayuda a entender la situación en el momento del ataque tanto de Japón, como de Estados Unidos. A continuación, las personas que han conseguido la entrada para el USS Arizona Memorial pasan a una especie de cine para ver un documental de unos 30 minutos en el que se explica con más detalle cómo fue el ataque sorpresa perpetrado por los japoneses y el caos en el que se vieron envueltos las tropas estadounidenses.

Con las imágenes del ataque frescas en tu memoria llega el momento de coger el barco que te lleva desde tierra hasta el USS Arizona Memorial. Esta lugar se encuentra en medio del mar en el mismo lugar en el que barco de guerra USS Arizona fue bombardeado y hundido por las tropas del aire niponas. El lugar es un edificio blanco precioso flotando sobre el mar que sirve de recuerdo a todas aquellas personas fallecidas en aquel trágico día de Diciembre.

Entrada al USS Arizona Memorial

Para mí, visitar Pearl Harbor fue muy emotivo porque me ayudó a complementar mi viaje a Hiroshima y darle sentido a todos los ataques históricos que se llevaron a cabo entre nipones y americanos. Primero, en el año 1941 con el ataque a Pearl Harbor y con la posterior venganza americana en 1945 que desembocó infelizmente con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

O’ahu es la isla más poblada y más turística de todo el Estado de Hawaii. Así que si buscáis resorts de lujo con playa y piscina, os recomiendo que os quedéis en la zona de Waikiki y la zona del sudeste de la isla. Si por el contrario, os gusta un poco más la aventura, el surf y conocer cómo vive la gente local, os recomiendo que vayáis a la costa norte y oeste. O’ahu es un paraíso terrenal que todo el mundo debería de visitar aunque sea una vez en su vida.

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